Una breve biografía

    En muchas ocasiones se suele decir que las personas "nacen" o "se hacen" ante algo concreto. En mi caso, creo que yo "nací" siendo mago porque el cromosoma del naipe ya lo tenía dentro mucho antes de nacer.

    Según he podido saber, uno de mis antepasados (el padre de mi abuelo paterno) ya era ducho a hacer determinados juegos de manos, y digamos que la vena mágica la heredé de este familiar.

    Echando la vista atrás, mi primer recuerdo mágico lo tengo de mi padre. Con 3 o 4 años le recuerdo que me hacía un juego con la baraja española en la cual yo elegía una carta por un método de eliminación (primero elegía el número y luego el palo) y dicha carta no estaba en la baraja, sino que estaba en el pantalón de mi padre o debajo del mantel. Nunca olvidaré la sensación de magia que me produjo tal juego y creo que de ahí empezó a fluir mi amor por este arte.

    Por aquel entonces, actuaba un tal "Juan Tamariz" en un programa llamado "1, 2, 3... responda otra vez" y, casualidades de la vida, cada vez que salía, yo me quedaba embobado viendo sus actuaciones. Recuerdo el juego del "cochecito", la serpiente Margarita, el juego de las 4 cartas azules... y yo pensaba, con apenas 5 o 6 años, que algún día yo podría ser el ejecutor de tales milagros (lo que nunca imaginé fue poder llegar a conocer a Juan y tener relación mágica con él).

    El tiempo pasaba hasta que llegó un 24 de Diciembre y el señor Papá Noel dejó encima de mi cama un juego llamado "Magia Borrás", con el cual tomé mi primer contacto físico con un librito de magia. Para mí, eso era oro puro, así que lo leí y releí hasta donde mis capacidades lectoras y comprensivas me llegaban. Pero eso no colmaba mi "hambre" de magia por lo que un buen día pude ver por televisión otra vez al señor Tamariz anunciando una colección de magia por fascículos. Puedo decir que a raíz del día que compré el primer fascículo, me convertí "oficialmente" en el mago cansino de mi familia.

    En los 2 años que duró la colección, mi mejor amigo (aparte de la baraja) fue el señor quiosquero, que amablemente me vendía el fascículo cada semana y tenía que aguantar mis continuas preguntas de "¿ha salido el nuevo fascículo?" cada día, de lunes a domingo.

    ¡Cuanta magia aprendí de esa colección! Sirvió para establecer una base en mi cabeza y empezar a hacer jueguecitos "a pequeña escala" a amigos y familiares.

    Casualidades de la vida tenía un vecino con el cual compartía una afición deportiva, y con el que un día charlando salió el tema de la magia. Yo le dije que había hecho la colección de fascículos y que estaba encantado. Ese chavalín menudito y bajito era ni más ni menos que Alejandro Furnadjiev, "Ale" o "Furni" para los amigos, uno de los mejores cartomagos de este país y del mundo me atrevería a decir, que ha ganado multitud de premios nacionales e internacionales, y por el cual tengo una absoluta admiración y una gran amistad. ¡La de magia que pudimos compartir en nuestra temprana juventud yendo a nuestras respectivas casas! Qué buenos recuerdos tengo de esa etapa!!!

    Un buen día, leyendo uno de los fascículos, vi que existía una tienda de magia en Madrid llamada "Magia Estudio" (o mejor, la tienda de Encarnita), la cual con el paso del tiempo se convirtió en mi segunda casa y lugar de ensayo y aprendizaje en mi época de los 14 a los 20 años. Siendo jovencito, me acompañaba mi santa madre (cuanta paciencia tuvo) a comprarme libros y juegos para seguir aprendiendo y cultivando la mente, y entabló amistad con la amable dueña de la tienda (Encarnita es encantadora). En una de sus charlas, Encarnita informó a mi madre de que existía una sociedad llamada S.E.I. donde los magos iban, se reunían, hablaban de magia... y quizá yo algún día podría entrar... eso caló hondo dentro de mí y le pedí que, por favor, me llevara a tal sociedad para echar un vistazo y ver lo que se cocía por allí. Como no, mi madre accedió y fuimos al antiguo hogar Canario de Madrid, lugar donde se celebraban tales reuniones, y tuve la fortuna de ver por primera vez a mi primer Maestro de verdad, el maestro Arturo de Ascanio. Había leído cosas suyas que me habían calado muy y mucho pero verle en directo era de otra dimensión, era como un sueño hecho realidad. Allí estaba él, sentado enfrente de las antiguas y descoloridas mesas del local haciendo su versión de "Todo dorsos" delante de unas 70 u 80 personas atónitas ante semejante milagro. No pude ser más afortunado de haber visto al gran Arturo en directo!!!

    Pero realmente sí que fui más afortunado, ya que gracias a mi querido Ale, pude asistir de continuo a las reuniones que Arturo hacía en su casa todos los jueves y sábados con los magos. Pude formar parte de ese pequeño círculo íntimo y afortunado de magos que iban a casa del Maestro y charlaban con él, compartían su magia y absorbían todos sus conocimientos (que él desinteresadamente ofrecía a todos y cada uno de nosotros). 

    Con el tiempo, volví a la sociedad e hice el examen de ingreso, el cual aprobé a la primera y con unas sensaciones muy buenas (eso me dijo el jurado). Desde aquí, agradecer al bueno de Jesfer el haberme apadrinado para poder realizar dicho examen. Mil gracias!!!

    Durante los siguientes 10 años, adopté una bonita costumbre que consistía en todos los lunes: a las 18:00 iba a la tienda de Encarnita donde nos reuníamos un grupo de jovencitos magos a charlar (entre ellos, ni más ni menos que los grandes Pepo Capel, Ricardo Rodríguez, Alberto de Figueiredo y David Gardyn), previo a subir a las reuniones de la sociedad. El día que había charla o conferencia, se veía. El día que no había acto, nos quedábamos charlando entre todos y aprendiendo como auténticos "bestias".

    Allí, un oscuro día de otoño, pude ver en persona por primera vez a mi auténtico ídolo en la magia, el gran Juan Tamariz. Ese día recuerdo que no pude dormir (creo recordar que tenía 14 o 15 años) porque el conocer a Juan fue una sensación como de haber llenado todas tus expectativas en este arte. El primer juego que le vi hacer en vivo fue la desaparición total de una baraja a mano vacía y sin mangas. A día de hoy, sigo pensando dónde narices está esa baraja porque nunca más volvió a aparecer.

    Según me iba haciendo mayor, mis padres me iban dando más libertad de horario y gracias a eso pude acudir a la mejor parte de las reuniones de los lunes: LAS CENAS EN LA CORONA!!!

    Había una tradición y era que después de salir del hogar Canario los magos iban a cenar a un pequeño restaurante situado cerca de la Puerta del Sol para seguir charlando de magia mientras comían algo. Puedo decir que si las paredes de ese restaurante hablaran, contarían las mejores anécdotas y los mejores juegos que se hayan podido ver jamás en este mundo. Creo que en ese sitio ha sido cuando más magia he aprendido sin duda alguna. En ocasiones, toda la noche hablando de magia sin parar, escuchando a Juan, viéndole hacer milagros (jamás olvidaré "la omnipotencia de las damas" de Hofzinser) y charlando con nosotros como uno más.


cena de magos en "Naturbier" (2007)

    El tiempo seguía corriendo y tuve que hacer un pequeño parón en mi magia, ya que una carrera universitaria requería mucho tiempo y dedicación, por lo que tuve que dejar un poco apartado el naipe para coger otro tipo de libros.

    El parón duró poco y las reuniones continuaban, y el aprendizaje ya era un poco más selectivo. De la etapa de "esponja" (aprendía todo de todos) que decía Arturo pasé a la etapa de "asimilación" de mi propia magia, creando mi propio personaje y adaptando los juegos a mi forma de ser, sin intentar copiar o ser igual que otro mago.

    Como seguro no lo sabéis, lo cuento brevemente. Existe un pequeño "congreso" o "reunión" llamado "Jornadas Cartomágicas de El Escorial" que se celebra el último fin de semana de Octubre todos los años en la maravillosa localidad madrileña de El Escorial. A esas reuniones acuden cartomagos de todo el mundo que cumplan dos requisitos: el primero es que hay que trabajar (es un grupo de estudio, no se va a mirar), y el segundo, es que solo se puede acudir si te invita personalmente el creador de tal grupo, que es Juan Tamariz. Pues bien, una de las noches en que estábamos cenando un grupo de magos, Juan me propuso formar parte de tal grupo de estudio. Ni por un momento lo dudé y acepté gustosamente, aunque tengo que reconocer que estaba literalmente "cagado". No me podía creer que yo fuera a formar parte de tan selecto grupo!!!


con Bill Kalush (Escorial 2008)


    Eso ocurrió en Septiembre de 2005, y a día de hoy, he acudido todos los años, trabajando mucho siempre con la ayuda inestimable de mi gran amigo y compañero Pepo (cuantas anécdotas salen de nuestra convivencia en un fin de semana). Estoy impaciente que llegue Octubre y acudir este año, es como una droga que hay que tomar año tras año.

    Actualmente, sigo leyendo mis libros, yendo a las cenas con mis queridos amigos (Javi, Ramón Rioboo, Juan Pedro, Alan...) practicando mis juegos y haciendo mis actuaciones, en las cuales disfruto como un enano y me lo paso genial con el público (me encanta tratar con la gente).




Actuación ante un público maravilloso

    Creo que la magia es un ARTE infinito, no acaba y siempre está en constante renovación, por lo que hay que seguir cultivándolo día tras día. Eso es lo que intento gracias a todos vosotros.

    Que la magia siempre os acompañe!!!

         Josete Garlo

"Nuestro objetivo no es entretener, sino sorprender" (René Lavand)